Sexos, géneros, orientaciones...

Hay términos en sexología que a veces se utilizan indistintamente cuando son cosas completamente distintas y, aunque en ocasiones puedan estar relacionadas, otras tantas no tienen nada que ver. Como lo que queremos es que las personas sepan, cuando hablan, de qué están hablando para que así sus posibles válidos argumentos no caigan en el olvido por el mal uso de algunos de esos términos, aclararemos ahora mismo unos pocos de ellos. Adelante.

Sexo biológico.

Es la condición anatómica con la que nacemos, producto de las órdenes que dan los cromosomas durante la gestación intrauterina. Eminentemente, el sexo biológico es una dimensión dicotómica, pues solo se han identificado dos sexos en el ser humano: hombre y mujer, macho y hembra. Eminentemente, porque existen algunas condiciones, producto de la incongruencia entre las órdenes dadas por los cromosomas y las llevadas a cabo por las importantes hormonas, que dan lugar a la intersexualidad, que puede conllevar ambigüedad genital. Si tenemos en cuenta que las personas intersexuales son una combinación de los dos sexos, en vez de decir que hay 2, se puede decir que hay 2 e intersexualidad.

Identidad de género.

Es, de alguna manera, la medida en que uno se percibe a sí mismo como hombre o mujer, o las dos cosas o ninguna de ellas. Hay hombres biológicos que se sienten completamente hombres y mujeres biológicas que se sienten completamente mujeres. Pero también hay hombres biológicos que se sienten mujeres y mujeres biológicas que se sienten hombres. Y debe ser muy difícil vivir en un cuerpo que no va acorde con el género que se posee. No hay más que imaginarse a una persona con cuerpo de mujer y género masculino a la que constantemente tratan como a una mujer debido a un cuerpo con el que se siente completamente incómodo.
Pero es que también hay gente que no se percibe de ningún género en concreto, algo que en los países anglosajones y por tanto en el lenguaje actual de la ciencia se denomina agenderism (algo así como agénero o género neutro). Y otras personas que no se perciben de un género en concreto, sino que fluyen del masculino al femenino, ya puede ser de semana en semana como de hora en hora. A eso en inglés se le llama bigenderism (bigénero).

Orientación sexual.

La dirección que toma la excitación sexual de uno o, de forma más simple, lo que le atrae a esa persona. Ya sean hombres, mujeres, zapatos, hombres y mujeres, el color amarillo, solo cierta clase de mujeres… O nada. La orientación es un espectro, y como tal conlleva intensidad. Hay personas que no sienten atracción sexual por nada en el mundo, y eso es la asexualidad. Hay otras que sienten una atracción sexual no aceptada socialmente por razones obvias, como es la atracción por niños o animales, lo que puede generar enormes problemas psicológicos y sociales. La orientación sexual es un fenómeno con el que se nace, que no puede cambiarse a voluntad o a la fuerza pero que sí puede fluir a lo largo del tiempo, haciendo que los estímulos atractivos de una persona cambien en determinadas situaciones.

Conducta sexual.

Pues lo que el propio nombre indica. La forma de manifestar la sexualidad, que generalmente es acorde a la orientación, pero a veces no. Hay hombres gays que mantienen relaciones heterosexuales, personas bisexuales que solo se relacionan homosexualmente, asexuales que mantienen algún tipo de relación sexual…
Mientras que la orientación suele definir la conducta, aunque hay casos en los que no, como hemos visto, la conducta no define la orientación de una persona. Por ejemplo, un hombre heterosexual puede tener una experiencia con otro hombre sin que ello le convierta en homosexual. Puede parecer contraintuitivo, pero realmente la conducta no viene determinada por la orientación, pese a que así sea la mayoría de las veces.

Roles de género.

El espectro de conductas, sentimientos, formas de proceder y de reaccionar características de cada uno de los géneros establecidos por una sociedad determinada. En el mundo occidental los roles masculinos incluyen fortaleza, confianza, liderazgo, premura… Mientras que los femeninos incluyen empatía, generosidad, amabilidad o cierta debilidad, entre otros. En cada sociedad los roles que se consideran propios de un género o de otro cambian, naturalmente.

Es importante especificar que cada una de estas dimensiones es independiente de las demás.

Por tanto, y por darle un aire polémico, un hombre con pene y testículos (sexo biológico) puede ser una mujer (identidad de género) que es bisexual (orientación sexual) aunque solo mantenga relaciones con hombres (conducta sexual) y se vea más cómoda dentro de los roles masculinos (roles de género).

La sexualidad humana es, en efecto, muy complicada.



¡Hasta pronto!

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